WHISKY HIGHLAND PARK 12 años
Elaborado de las mejores cebadas malteadas y mezclado con aguas de su propia fuente, del Cattie Maggie, se añeja en barricas por un mínimo de doce años obteniendo su afinado, raro y tan distintivo carácter. En sus notas de cata presenta un color ambar brillante . Aromas a suave brezo y miel , que denotan un ahumado profundo. En la boca se exhalta el suave sabor ahumado redondeado, entrega total de la malta.
Este whisky procede de la destilería más septentrional de Escocia, Highland Park, situada en Kirkwall, capital de la isla Orkney, que cuenta con una pintoresca leyenda: en 1798, Magnus Euson, propietario de la destilería, escondió su producción en la iglesia, con la complicidad del sacerdote local (también conocido contrabandista). Cuando las autoridades llegaron al templo, el destilador, el sacerdote y sus compinches colocaron un ataúd sobre las barricas de whisky y simularon un funeral. La sola mención de la causa del fallecimiento -la viruela- fue suficiente para que los recaudadores abandonaran rápidamente el pueblo. Más allá de las anécdotas, es un single malt de gran personalidad, con una fiel legión de fans gracias a su perfil complejo, potente, con intensas notas de turba y una boca amplia y envolvente.
Este whisky procede de la destilería más septentrional de Escocia, Highland Park, situada en Kirkwall, capital de la isla Orkney, que cuenta con una pintoresca leyenda: en 1798, Magnus Euson, propietario de la destilería, escondió su producción en la iglesia, con la complicidad del sacerdote local (también conocido contrabandista). Cuando las autoridades llegaron al templo, el destilador, el sacerdote y sus compinches colocaron un ataúd sobre las barricas de whisky y simularon un funeral. La sola mención de la causa del fallecimiento -la viruela- fue suficiente para que los recaudadores abandonaran rápidamente el pueblo. Más allá de las anécdotas, es un single malt de gran personalidad, con una fiel legión de fans gracias a su perfil complejo, potente, con intensas notas de turba y una boca amplia y envolvente.
Este whisky procede de la destilería más septentrional de Escocia, Highland Park, situada en Kirkwall, capital de la isla Orkney, que cuenta con una pintoresca leyenda: en 1798, Magnus Euson, propietario de la destilería, escondió su producción en la iglesia, con la complicidad del sacerdote local (también conocido contrabandista). Cuando las autoridades llegaron al templo, el destilador, el sacerdote y sus compinches colocaron un ataúd sobre las barricas de whisky y simularon un funeral. La sola mención de la causa del fallecimiento -la viruela- fue suficiente para que los recaudadores abandonaran rápidamente el pueblo. Más allá de las anécdotas, es un single malt de gran personalidad, con una fiel legión de fans gracias a su perfil complejo, potente, con intensas notas de turba y una boca amplia y envolvente.